viernes, 19 de marzo de 2010

ASALTADOS EN LA PEQUEÑA AFRICA

En verano de 2008 realice un viaje a Madagascar que fue inolvidable, sus paisajes, sus gentes, su amabilidad, el poder moverse libremente por los sitios sin que te atosigaran, en fin la cercanía de un pueblo que me enamoró.
Ello hizo que al año siguiente decidiera con mi compañero Antonio a volver a visitar algún país africano. Él ya conocía otros países además de Madagascar había estado en Egipto y Senegal, buscábamos algo que tuviera mucha naturaleza y en un principio pensamos en Gabón pero las agencias no ofrecían itinerarios atractivos en Gabón y además no duraban mucho tiempo, por todo ello seguimos mirando hasta ver que las agencias ofrecían un circuito muy completo en los viajes a Camerún. Escogimos un itinerario que ofrecía una agencia que se diferenciaba de los otros en que no había vuelos interiores y todo el itinerario lo realizaban por carretera. Al mirar con detalle el trayecto que esta agencia hacia por tierra la única información que se nos daba es queAl final nos inscribimos en el viaje efectuando el primer pago, pero para el segundo pago que se debía hacer 15 días antes la agencia lo retraso para ajustar el precio, nosotros ya no estábamos en nuestros domicilios y por lo tanto no recibimos la documentación del viaje y del seguro antes de partir y fue a nuestra vuelta que la encontramos en nuestros buzones.
Llegamos a Madrid el día antes del viaje y dormimos en un hotel cercano al aeropuerto pues el avión salía muy temprano allí en Barajas conocimos a dos chicas excelentes Ángeles y Pilar que viajaba en nuestro grupo, el resto del grupo lo conocimos en Bruselas y venían de Barcelona y Bilbao.
Erramos un grupo de 15 personas bastante homogéneo y el guía era un chico de Barcelona que ya había visitado en varias ocasiones Camerún.
Cuando llegamos a Camerún me recordó mi llegada el año anterior a Madagascar pero ahora estaba más descansado puesto que el viaje había durado menos tiempo, pero cuando llegamos al hotel ya se empezó a caerme el alma a los pies.
Nos dijeron que era el mejor hotel de la capital y lo único bueno que tenia era que disponía de agua caliente, seria la única vez que podría tomar una ducha con agua caliente hasta mi regreso a España.
Por las noches nos llevaron a un mercado y ahí tuve por primera vez la sensación de estar vigilado, sensación que no me abandonaría en todo el viaje.
De la capital nos dispusimos a viajar a la costa y en ese trayecto encontré el adjetivo que para mi define a los cameruneses “extorsionadores” en el trayecto nos pararon varias veces queriéndonos registrar y esperando que les diéramos dinero las discusiones con el guía eran subidas de tono y no exentas de un cierto grado de violencia, lo cual no nos había sucedido en el viaje a Madagascar ni a Antonio en otros viajes a países de África.
era una zona con pocas infraestructuras que los hoteles eran muy básicos y que nos deberíamos desplazar en 4x4 por el mal estado de las carreteras, en fin que nos decidimos por esta agencia la cual ya había tenido problemas con un grupo de turistas en el Yemen unos años antes pero consultando los blogs sobre agencias estos daban a entender que era una muy buena agencia.
Cuando llegamos a la costa nos condujeron a un hotel que en su tiempo había estado en una cala paradisíaca pero ahora en medio de dicha cala había una plataforma petrolífera que junto a lo destartalado del hotel, que no había recibido ni una triste mano de pintura desde que lo abandonaron los franceses y el tiempo lluvioso hizo que esta visita no fuera muy grata.
Se nos propuso visitar un pueblecito de pescadores donde según el guía había una mujer que poseía un bar y hacia una barbacoa de pescado muy buena y para allí que fuimos. Mientras nos cocinaban nos dedicamos a visitar el pueblo y a sacar fotos de la zona, los habitantes en todo momento impedían que tomáramos las fotografías con total libertad esto sucedería con todo el viaje, siempre te acusaban de que les habías fotografiado y que les debías dar dinero por ello. Cansado de estos impedimentos guarde mi cámara y me dirigía a la playa cuando oí gritar a M. Ángeles me acerque y había un remolino de gente a su alrededor, ella estaba pálida y nerviosa le pregunte que le sucedía y me dijo que mientras hacia una foto unos con una moto le robaron la cámara, me dirigí al grupo que estaba alrededor nuestro y le pregunte en inglés donde estaba la cámara de la señora a lo que me respondió uno de ellos que le diera dinero y que me traería la cámara yo le dije que trajera la cámara y que le daría dinero pero ante la infructuosidad de las negociaciones dije a Antonio que fuera a buscar al guía y que viniera la gendarmería. Al final tras muchas horas de discusión Mª Ángeles recuperó su cámara pero tuvo que pagar 60 euros pero allí no termina la historia, una vez recuperada la cámara la mujer del bar que con el pagado de nuestra comida en un día gano lo que no gana en 1 año le exigió que le pagara 60 euros mas puesto que las negociaciones habían sido en su bar.
El viaje continuo con lluvia y más lluvia visitando ciudades por las que no nos podíamos mover a causa de la lluvia, visitando poblados donde jefecillos, reyezuelos, lamidos y demás nos recibían previo regalo y hablándonos desde una postura petulante y prepotente cuando no eran mas que tiranos que mantienen a su pueblo sometido.
Así pueblo tras pueblo y sin pena ni gloria llegamos a la zona en que se hacia el trayecto por tierra allí cambiamos el autobús por los todo terreno en el nuestro íbamos Antonio Mª Ángeles y Pilar y en esta zona fue aun peor. Los llamados hoteles precarios creo que es un adjetivo demasiado bueno deberíamos decir inmundos e infectos, a esto tuvimos que añadir la copiosa lluvia que hacia impracticable el camino, además el chofer no hablaba ni ingles ni francés y siempre nos ponía el mismo CD de música religiosa que ya nos tenia de los nervios y las extorsiones en esta zona se multiplicaron a gendarmes, lamidos y cualquiera que pudiera ir armado nos amenazaba e intentaba sonsacarnos dinero.
El último día de este inmundo trayecto Mª Ángeles se encontraba mal y pidió ir en otro todo terreno donde podía ir tumbada y en nuestro todo terreno subió Elena una chica de Vitoria. , Ese día había parado de llover lo cual junto con las ganas que teníamos de llegar por fin a zona civilizada nos mantenía animados, cuando restábamos apenas a 40 Km. de Ngaoundéré al salir de una curva vimos un autobús en la cuneta con todo el equipaje por los suelos y la gente corriendo, en el suelo yacía un hombre ensangrentado, levante la vista y vi al otro lado de la carretera a unos hombres armados y lo siguiente fue un acelerón del chofer y una ráfaga de ametralladora.
Yo sentí como si me hubieran dado un golpe seco con un palo en el brazo y como si me clavaran algo caliente en el abdomen, enseguida supe ver lo que me había pasado 20m años de médico ayudan a ello. Junto a mí el chofer gritaba y soltó el volante y el acelerador haciendo que el coche se calara intentamos tranquilizarlo hablar con él pero era inútil no nos entendía. Le dije a Antonio que mirara se si yo sangraba mucho y si el agujero era grande él al verme herido se asusto, intente calmarle y le dije a Pilar que intentara pasar adelante para poner el coche en marcha pero al levantar la vista vi a los asaltantes que se acercaban al vehículo, abrieron las puertas y nos sacaron echándome al suelo yo me hice en el brazo un torniquete con la cazadora de Antonio y le pedí que me diera el botiquín de viaje de allí saque unos analgésicos para calmar el dolor.
Los asaltantes en ese momento estaban más atentos en su botín que en nosotros de repente el que me había robado mi bolsa de mano me miro y le dije en francés que me diera la bolsa que le daría el dinero, saco mi pasaporte y mi tarjeta de vacunación y lo tiro al suelo tras lo cual se fueron, Yo allí perdí el conocimiento puesto que me dio la sensación de que ellos se iban por un lado y la policía llegaba por el otro pero luego me contaron que los policías llegaron unos diez minutos después que los delincuentes se fueran.
Los policías nos subieron al todo terreno y nos llevaron al poblado más cercano allí me pusieron encima de una mesa en una sala mire a mí alrededor y vi que todas las paredes de la sala e incluso en las ventanas habían hombres negros mirándome como si de un espectáculo se tratara, pregunte que hacíamos allí y me contestaron que esperando la ambulancia yo les dije que me sentía con fuerzas de seguir con el todo terreno y que ya encontraríamos la ambulancia en el camino, así fue cuando ya habían transcurrido 3 horas, me subieron en la ambulancia y tras una hora más de camino llegamos al hospital noruego de Ngaoundéré.
Una vez en el hospital oía a los médicos decir cada uno una cosa, a mí me preocupaba la bala del abdomen, si bien sabia que no había tocado ninguna estructura noble abdominal pues si hubiese sido así no hubiera superado el viaje al hospital. Las lesiones del brazo la tenia controlada y sabia que no era urgente entonces dije por favor hacerme una laparotomía exploratoria no me haga pruebas y ver que tengo en mi abdomen, todas las cabezas del personal del hospital se giro hacia mí y se quedaron en silencio, yo repetí mi petición y de repente de entre las cabezas negras surgió una cabeza blanca con pinta de misionero de las películas de los años cuarenta que dijo que tenia razón y que me llevaran al quirófano.
Empezaron a lavarme y a desinfectar el campo entonces se me acerco el anestesista con el tubo y el laringo en la mano y me dijo vamos a rezar antes de dormirte yo le dije que rezara él pues yo ya había rezado todo en las ultimas cuatro horas.
Me desperté encima de una camilla de esas que había en los años setenta en los servicios de urgencias de nuestros hospitales, llevaba una sonda naso gástrica y la verdad apenas sentía dolor. Cuando desperté y vi mi aquella camilla en un box repleto de cucarachas pensé que debía salir como fuera de allí para volver a España.
La 1ª noche nos dedicamos a matar las cucarachas pero por cada una que matábamos acudían cien a su entierro así que nuestra política de exterminio se fue reduciendo.
El personal del hospital era muy cariñoso y amable eso suplía la falta de todo pero a pesar de todo yo no podía pegar ojo.
Pude ponerme en contacto con el hospital y justo una semana después del ataque conseguimos un avión ambulancia para evacuarnos a Almería.
Durante mi estancia en el hospital supimos que los ataques se producían casi diariamente y que esa zona era sumamente peligrosa.
Me condujeron al aeropuerto de la ciudad el cual estaba cerrado y ocupado por sus ex-trabajadores que lo habían convertido en un poblado.
Tras varias horas de espera apareció el avión en el horizonte de él bajo un médico Alemán y su Enfermera que en ingles me comunicaron que había terminado la medicina africana y que empezaba la Europea pasando a continuación a colocarme una sonda vesical y una naso gástrica de las cuales me había librado hacia pocas horas.
Por fin despegamos, el avión era pequeño y superincómodo pero tenia de todo. Paramos a repostar en el desierto del Sahara creo que en Malí para luego continuar hasta Almería, el viaje se hizo interminable pero por fin llegamos me bajaron y me subieron en una ambulancia que me condujo a mi hospital allí me hicieron todas las pruebas conduciéndome a mi habitación cuando todo el mundo se había ido Antonio y yo caímos rendidos, por fin tras varios días pude dormir.
Este es el relato más o menos breve de mis vacaciones que estuve preparando con toda ilusión y cariño durante el primer semestre del 2009 y que desgraciadamente termino de un balazo en un camino que nunca deberíamos haber tomado.
Cuando te pones en manos de una agencia de viajes lo único que espera es que te den un viaje seguro y que no pongan en peligro tu vida, pero desgraciadamente hay agencias que no hacen sus deberes de forma adecuada , actuando de forma que podría considerarse de negligente.
Cuando volví a mi casa solo pensaba en las palabras del personal del hospital de Ngaoundéré que me dijeron que era una zona sumamente peligrosa. Me metí en Internet y he sacado toda una recopilación de artículos que se recogen en este documento entre ellos esta el de nuestro ataque y el de la detención afortunadamente de los que nos atacaron, pero desgraciadamente esto aún esta lejos de terminar, sigue siendo una zona peligrosa y de guerra tal como ha manifestado el presidente de Camerún Sr. Paúl Billa en su discurso de fin de año.
Por ello a todos los que queráis ir a Camerún ir con sumo cuidado y seguir las recomendaciones de los ministerios de asuntos exteriores francés, británico o estadounidense que son mil veces mas fiables que el de nuestro ministerio.





Alberto Albert Ullibarri
Febrero 2010

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